Cómo la muerte se convirtió en mi renacimiento

Capítulo 401

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“Alejandro, parece que te estás haciendo un poco viejo. Realmente te estás haciendo viejo por dejar que una chica tan linda te llame así“.

Alejandro se esforzó por controlar la ira que brotaba de su interior. Pensó para sus adentros: ‘No puedo enojarme. No debería ponerme violento, al menos no delante de Catalina. La asustaría“.

“Llámame Alex. Señora Prado, no debería ser mucho mayor que tú“.

Alejandro era nueve años mayor que Catalina. Ella tenía 18 años y él 27. No había una diferencia de edad de diez años, por lo que él no era mucho mayor que ella.

“¿A–Alex?” Dijo Catalina tentativamente. Su tono era frío y carente de emociones.

Sin embargo, para Alejandro era como música para sus oídos.

Penso: ‘¡Catalina mellamó Alex!‘

Lucas sonrió satisfactoriamente y continuaron hablando un rato. Antes de irse, Lucas le pidió a Alejandro que cuidara a Catalina en esta gala antes de ir.

Esto se debía a que a Lucas le preocupaba no poder atender a Catalina si estaba ocupado y la familia Prado podría causarle problemas.

Alejandro asintió levemente en respuesta, indicando que estaba de acuerdo.

De hecho, estaba extasiado por dentro.

Entonces, Alejandro dobló sus brazos, permitiendo que Catalina uniera sus brazos con los de él.

Catalina se quedó sin palabras.

Sr. Zúñiga, creo que no hay necesidad de esto. No tienes que cuidarme“.

No necesitaba a nadie más teniendo a Jeremías cerca.

Catalina aún no había descubierto por qué Alejandro la ayudó a buscar venganza en su vida anterior.

Ella reflexionó: “¿Nos conocimos en algún momento o simplemente olvidé que nos conocemos?‘

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Capítulo 40

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Sin embargo, Catalina se acordaba de todo. Ella no tenía amnesia.

No podía entender cómo ella y Alejandro tenían alguna conexión.

“Me llamaste Alex hace un momento. ¿Cómo es que ahora me llamas Sr. Zúñiga?”

A Alejandro no le gustó cómo se dirigió a él.

Reflexionó para sus adentros: ‘Sr. Zúñiga es como me llaman los desconocidos y los subordinados. Ella es mil Catalina, así que debería llamarme Alex‘.

Catalina dijo: “Señor Zúñiga, no necesito que nadie me cuide. El señor Herrera solo estaba bromeando contigo antes. No tienes que tomartelo en serio“.

“Sólo estoy haciendo lo que me han confiado. Te entregaré al señor Herrera cuando lo vea más tarde y ya no será mi preocupación“.

La voz de Alejandro instantáneamente se volvió más fría.

Pensó: “¿Catalina no quiere quedarse así conmigo? ¿Me tiene miedo?”

“Bueno“.

Catalina se negó a tomar del brazo a Alejandro, y simplemente lo siguió y llegó al lugar de la subasta.

Justo cuando daban unos pasos hacia adelante, habló una voz discordante. “¿Es esto el Ala de Ángel? ¿No está a la venta? ¿Cómo apareció aquí? No es falso, ¿verdad?”

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Capítulo 41

“Oh, Dios mío! ¿Cómo puede haber gente que use artículos falsos para asistir a la cena de gala? (Es tan ridiculo

“Sabía que algo parecia raro cuando la vi. El vestido me resulta familiar y resulta ser el Ala de Angel. ¿Es una

falsificación?”

“¿Sabes siquiera el precio del Ala de Angel? Sólo hay una pieza en el mundo. Y ahora Catalina la lleva puesta. ¿Crees que eso sea posible?”

“Ella es realmente inculta y muy snob. ¡No es digna de usar el Ala de Angel!”

“Me parece muy vergonzoso. Incluso si quiere usar artículos falsificados, al menos debería elegir una marca que no sea muy conocida. Llevar algo tan reconocible es pura vanidad”

“Esto es sólo el resultado de la vanidad. Como la familia Prado no le compra buena ropa y ella no es favorecida alli, sólo puede recurrir a estas imitaciones“.

Yulissa bajó la cabeza y sonrió.

Ella pensó: ‘Catalina, veamos cómo le das la vuelta a esto!”

La persona que interrogó a Catalina era amiga de Yulissa, Inicialmente, la mujer no le prestó mucha atención a Catalina, pero el agravio fingido de Yulissa y sus quejas entre lágrimas encendieron su ira. Entonces, la primera decidió darle una lección a la segunda.

Yulissa dijo: “Tal vez deberíamos dejarlo pasar, Catalina parece haberse hecho amiga de algunas personas ricas. El vestido que lleva es Ala de Ángel. La persona que puede pagar Ala de Ángel no es alguien a quien podamos permitirnos ofender“.

“Hmph, ja quién no podemos ofender? Ese vestido suyo es falso. Vi el Ala de Ángel en la exhibición ayer!”

Por eso la escena tuvo lugar hace un momento.

La fría mirada de Alejandro se fijó en la alborotadora. Pencó: ‘Definitivamente está buscando problemas

Jeremías soltó un bufido despectivo y la miró. “¿Tienes alguna evidencia que demuestre que este Ala de Angel es

falsa?”

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Capítulo 41

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Reflexionó: ‘Eliana diseñó este vestido. Sería ridículo si llevara uno falso!,

“Vi el Ala de Angel en la exposición ayer. ¿Cómo podría llevarlo Catalina de repente? Todo el mundo sabe lo caro que es el Ala de Ángel, así que apuesto a que incluso esta falsificación vale una buena cantidad“.

Con la ayuda de la amiga de Yulissa, Catalina ahora se encontraba en una situación difícil sin salida fácil.

Entonces, Yulissa se puso de pie y profesó con gentileza y consideración: “Catalina, parece que te han engañado. Está bien. ¡Ven conmigo! Traje una bata extra para estar en espera. ¿Por qué no te la pones?“.

Una vez que sugirió eso, todos la elogiaron por su amabilidad y voluntad de dejar lo pasado en el pasado. Sintió que había redimido su reputación.

Catalina miró fijamente a ese grupo de ignorantes que ellos mismos montaron la escena, y sus ojos se llenaron de desprecio.

“¿Tenéis alguna evidencia que demuestre que esto es falso? Si no, tendré que demandaros por difamación“. Había un fuerte tono de advertencia a pesar de su tono casual.

“¿Todavía necesitamos pruebas para esto? ¿Puedes siquiera permitírtelo?”

“Morgana, no digas eso“. Yulissa tomó la mano de Marina Valle, su amiga. Content (C) Nôv/elDra/ma.Org.

“Yulissa, eres demasiado amable. Por eso te acosa en casa. Todavía no te perdona incluso después de que se fue. ¿Seguirás hablando por ella?”

Marina tenía una expresión justa y decidida. Ella pensó: ‘¡Hoy se debe hacer justicia para Yulissa!”

Yulissa se preguntó: “¿Es tan idiota?” Estaba profundamente agradecida por Marina. Esta última logró articular todo lo que la primera quería decir. La primera estaba decidida a hacer ver a todos el carácter malicioso de Catalina.

“No digas eso. Catalina acaba de regresar a casa y aún no se ha acostumbrado. Yo solo… no me siento agraviada y ella nunca me ha acosado“.

Con eso, ella comenzó a sollozar.

“¡Catalina, mira! Yulissa ha estado defendiéndote todo este tiempo. ¿Y tú? Usas artículos falsos para avergonzarte e incluso la intimidas. Realmente has ido demasiado lejos. ¡Debes disculparte con ella!”

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Capitulo 41

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“Muestrame la evidencia si quieres acusarme de usar productos falsificados. Muestra evidencias si me acusas de

intimidar a Yulissa“.

“Todo lo que dijo Yulissa es verdad. ¿Cómo te atreves a pensar que es correcto intimidarla?”

“¿Eres tan estúpida? ¿Por qué crees que todo lo que Yulissa dice es verdad? Si ella le dice a un juez que has cometido un asesinato, eso significa que eres una asesina? ¿Como puedes ser tan tonta teniendo más de 20 años? ¿Careces de cualquier capacidad para distinguir el bien del mal? ¿Qué ojo tuyo me vio acosarla? ¿Le dije algo malo? Ya que a ella le gusta llorar, tengo que arrodillarme y recoger sus lágrimas? Es como una niña buena y da asco a todo el mundo allá donde va”.

Ese día hubo una gala benéfica que organizó Lucas. Catalina no queria que la familia Prado arruinara aquel acontecimiento.

Sin embargo, ese grupo de perdedores insistió en darle al hocico. Primero dijeron que el vestido era falso y ahora la acusaron de intimidar a Yulissa. Si realmente quisiera intimidar a Yulissa, esta última no tendría la oportunidad de quedarse aqui y quejarse.

Marina argumentó: “Mirate, actuando con arrogancia y alegando inocencia. ¡Quien va a creer eso!“.

Leonardo también estaba furioso. No podía creer que Catalina dijera esas cosas sobre Yulissa, quien efectivamente carecia de modales. “Catalina, ¿tienes modales? ¿Cómo te atrevesa intimidar a Yulissa

públicamente? ¿No me tomas en serio?”

Sintió que era demasiado bondadoso. El siempre la consideró su hermana biológica, por lo que no podia soportar enviarla a Isla Desierta sin importar nada.

Sin embargo, ella en realidad empeoró e intimidó a Yulissa justo en frente de él.

“Señor Prado,

Sabes que se desconoce mi origen? No sé quien me dio a luz. ¿No sabes bien que tengo una

madre que me dio a luz pero no tuve padres que me criaran? No creas que deberías acusarme de mi falta de modales. ¡Tu familia no merece que la trate bien!”

Leonardo se quedó momentáneamente sin palabras. Era cierto que Catalina pasó 18 años en el campo y efectivamente no tenia educación.

Sin embargo, era una traición por su parte anunciar que se desconocia su origen.

“Niña tonta, eso es una estupidez. ¿No te convertirás en mi hija mañana?” Silvia salió del backstage y min

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Capítulo 41

Catalina con dulzura.

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“Yo soy quien le enseñó modales. Señor Prado, ¿me culpas?” Silvia prácticamente tenía el desprecio escrito en

todo su rostro.

Leonardo no pudo pronunciar una palabra.

Por supuesto, no se atrevió a hacerlo. Ella era la esposa de Lucas. Reflexionó: ‘Esa maldita Catalina ni siquiera sabe hablar por mi.

Silvia naturalmente protegió a Catalina detrás de ella, lo que conmovió profundamente a esta última. Esta última sintió que nadie la había protegido así aparte de su abuela.

Catalina de repente sintió que Silvia brillaba intensamente en sus ojos. Un sentimiento amargo surgió dentro de ella y se vio afectada emocionalmente.

“Cuando estaba dentro, escuché que esta joven afirma que el vestido de Catalina es falso. ¿Es correcto?” La mirada de Silvia se volvió hacia Marina.

Marina pensó que era una excelente oportunidad, pero su madre le impidió hablar más. Su familia no podía permitirse el lujo de ofender a Lucas.

“¡Síl El Ala de Ángel es la obra maestra de Eliana. ¿Cómo podemos permitir que circulen productos falsificados en el mercado?”

Yulissa y ella eran las que más admiraban a Eliana. Cada temporada compraban su ropa en Mil Sueños, marca creada por la propia Eliana.

Silvia tenía una expresión en su rostro como si estuviera tratando con alguien con discapacidad mental. Pensó: “Estos perdedores, que dicen admirar a Eliana, ni siquiera reconocen a la persona real que está frente a ellos“.

eso?” ¡Sus

“Catalina es la propia Eliana. Lleva un vestido que ha diseñado ella misma. ¿Algún problema con eso?” palabras fueron como una gran bomba, dejando atónitos a todos los presentes!

¡El rostro originalmente orgulloso de Yulissa se puso extremadamente pálido en un instante!

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