Chapter 196
Capítulo 196
Agarró mi barbilla y dijo: “Norma, incluso cuando tuviste problemas en Canto de Río, el mismo día envié a alguien para rescatarte, le di todo el equipo de rescate, pero él insistió en esperar hasta el día siguiente después de que llamaste para ayudarte. Empecé a sospechar de él desde ese momento. Si le importaras, habría actuado antes para salvarte. En cuanto a por qué nos juntó, solo quería que quedases embarazada de mi hijo, y luego que tú y el niño murieran, para que yo pudiera entender lo que significa perder a los dos“.
Sus largos dedos se deslizaron por mi línea de la mandíbula, el fondo de sus ojos era de un rojo sangre.
“En la vida pasada, en la habitación 6088, también fue él quien te drogó. Incluso mandó a alguien a llevarte a mi habitación. En esta vida, renací después de ser drogado, y lo primero que hice fue llamar a Jeremías, así que no quedaste embarazada en ese momento, no quería repetir el mismo error…”
De manera inesperada, me abrazó, dejándome sin palabras.
Gonzalo lo sabía todo.
Él estaba protegiéndome en silencio, limpiando los obstáculos en mi camino.
“Gonzalo…” murmuré suavemente, pero aun así lo empujé, él bajó primero del auto y abrió mi puerta diciendo: “Ve y despídete del pasado, yo te guiaré en el camino que tenemos por delante“.
Extendió su mano, indicándome que lo siguiera.
No sabía qué me pasó, pero incluso mis pasos se sentían como si estuvieran llenos de plomo, no podía creer que Samuel realmente me engañaría, me lastimaría, me mataría.
“Si aún no lo crees, puedes preguntárselo tú misma“. Su voz sonaba derrotada y resignada.
Al final, salí del auto, fuera cual fuera el resultado, tenía que haber un final.
Cuando llegamos a la estación de detectives, Jeremías estaba desesperadamente arrancándose el cabello.
Al vernos, se apresuró a decir: “Tenemos suficientes pruebas, pero Lourdes cambió su testimonio, dijo que todo había sido hecho por ella, que Samuel no tiene nada que ver“.
“Lourdes está sacrificándose para salvar a Samuel“.
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Esa fue mi primera reacción, y cómo no sabía que Samuel y Lourdes tenían una relación tan cercana. Ambos estarían dispuestos a morir el uno por el otro.
“¿No hay otra manera?” Gonzalo frunció el ceño.
Jeremías negó con la cabeza: “No, y además los mayores de la familia Hoyos se han unido para protegerlo“. Al- decir esto, me miró y luego suspiró.
¿La generación mayor de la familia Hoyos estaba protegiendo a un hijo ilegítimo?
¿Estaban en contra Gonzalo?
“¿Entonces estarás en peligro?” Miré preocupada a Gonzalo, quien frotó mi cabello: “No“.
Jeremías murmuró: “¿Cómo qué no? Samuel ha unido a esos viejos para reprimirte, has soportado la presión de toda una familia solo“.
Gonzalo le lanzó una mirada a Jeremías, quien inmediatamente se calló.
“Ellos aún no pueden dañarme“. Gonzalo me consoló para que no me preocupara.
“¿Ah sí? La generación mayor de la familia Hoyos no está de tu lado, ¿cuánta presión crees que puedes soportar solo? Mejor sería que renunciaras a la posición de líder de la familia ahora mismo“. Una voz familiar resonó detrás de nosotros.
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Al girarnos, vimos a Samuel saliendo de la prisión, rodeado de guardaespaldas.
Su semblante sombrío y aterrador se posó sobre mí. “Norma, ven aquí“.
Di medio paso atrás, ocultándome detrás de Gonzalo.
“Norma, ahora estamos en la cima de la pirámide. Cuando eras niña y querías un parque de diversiones, hice que demolieran el orfanato y que el Grupo Hoyos construyera un parque de diversiones, así que escoge, la gente de la familia Hoyos me apoya, nadie apoya a Gonzalo“.
Levanté la mirada hacia Gonzalo, que seguía indiferente, sin mostrar enojo.